EL CAIRO (AFP)
Un silencio sepulcral se apoderó el sábado de la sala de audiencia y de las familias de las víctimas frente a la corte cuando se dictaminó cadena perpetua contra el expresidente Hosni Mubarak. Pero la absolución de sus hijos y de responsables de seguridad trocó el alivio en ira.
Y es que el tribunal, tras haber declarado culpables a Mubarak y a su exministro del Interior Habib el Adli de la muerte de casi 850 manifestantes durante la revuelta de 2011, absolvió a seis altos responsables de la seguridad, juzgados por los mismos cargos.
El presidente del tribunal, Ahmed Rifaat, comenzó con un discurso muy duro contra el régimen de Mubarak, tumbado sobre una camilla detrás de los barrotes en el banquillo de los acusados donde también se encontraban sus hijos, Alaa y Gamal, Habib el Adli y los seis responsables del ministerio del Interior.
El reinado de Mubarak consistió en "treinta años de una negra, negra, negra oscuridad, la oscuridad de un invierno amargo", espetó. La revuelta aportó "una nueva aurora a Egipto", agregó a continuación.
Nada más anunciarse el veredicto, se escucharon gritos de estupor en la sala donde los policías custodiaban y ocultaban, en gran medida, a los acusados. En el exterior, las familias de las víctimas daban rienda suelta a su alegría y encendían fuegos artificiales al grito de "Dios es grande".
Pero el júbilo dio paso al furor cuando el juez exoneró a los seis altos cargos del ministerio del Interior y a los dos hijos de Mubarak. Estos últimos estaban procesados por casos de corrupción que, según el juez, han prescrito.
"El pueblo quiere una purga de la justicia", gritaban los abogados de las víctimas, antes del estallido de breves escaramuzas en el anfiteatro de la academia de policía que alberga a la sala de audiencia.
"El veredicto conducirá a una absolución en apelación", estimó uno de ellos, Ahmed Hasan. La defensa de Mubarak no tardó en comunicar que apelará la sentencia.
Los detractores del juicio siempre han criticado a los testigos que comparecían ante el tribunal. En su veredicto, el juez reconoció que no eran fiables.
Frente al edificio, Mohamed Abdel Fatah, padre de un niño de 11 años que murió por el impacto de una bala durante la revuelta, enarbolaba la camisa y la chaqueta ensangrentadas del menor.
"¡Nulo y sin valor, nulo y sin valor!", gritaba refiriéndose a la condena.
"Debería ser ejecutado como ejecutó a nuestros hijos", reaccionó Mustafá Morsi, que perdió a un hijo de 18 años por disparos frente a un puesto policial.
"Este veredicto prepara el terreno para una gracia cuando Shafiq llegue al poder", agregó.
Ahmad Shafiq, el último primer ministro de Mubarak, se enfrentará en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 16 y 17 de junio a Mohamed Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes.
Fuera, la policía antidisturbios se abría paso y golpeaba con porras a manifestantes furiosos que le lanzaban latas de refrescos vacías. Y luego lograron separar a aquellos que se enfrentaban a los pro Mubarak.
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sábado, 2 de junio de 2012
El alivio da paso a la ira durante el proceso de Mubarak
Publicado por
Pancho Piteko
via afp.com
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