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lunes, 25 de junio de 2012

Nuevo modelo educativo para Iberoamérica propone José Narro

• Invitado por la Cátedra de las Américas, de la Organización de Estados Americanos, el rector de la UNAM planteó formar un grupo con las mejores universidades de la región, conjuntamente con la OEA y la CEPAL
• Sin educación disminuye la condición humana, se pierde dignidad y las personas permanecen en los rincones de la historia con menos posibilidades de desarrollar sus potencialidades, apuntó
• En el centro Woodrow Wilson propuso la instauración de una Carta de los Deberes Humanos, y replantear el modelo de desarrollo

Para transitar hacia una sociedad basada en el conocimiento, el rector de la UNAM, José Narro Robles, propuso la integración de un grupo de las mejores universidades de América Latina, incluida esta casa de estudios, conjuntamente con la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con el fin de generar una propuesta sobre la integración educativa en la región, sometida a la consideración de los gobiernos de nuestros países.
Sin embargo, apuntó, cualquier estrategia deberá considerar al menos tres ejes: la movilidad regional de académicos y estudiantes; la organización de un nuevo modelo de universidad latinoamericana, y la formación del Espacio Común Latinoamericano y del Caribe de la Educación Superior y la Investigación.
“No partimos de cero, existen proyectos en marcha y una enorme experiencia ganada en el pasado. Contamos con el ejemplo del exitoso Erasmus europeo”, subrayó Narro Robles al participar como invitado a la XLVIII Cátedra de las Américas “La educación y el desarrollo de las Américas”.
Desde la más alta tribuna de la OEA, dijo que América Latina necesita una educación superior que eleve sus capacidades científicas y técnicas, pero también que produzca valores ciudadanos. La educación superior, sobre todo la pública, es un instrumento poderoso para abatir la desigualdad y la pobreza, y construir una sociedad más justa y equitativa.
Por ello, expuso que sin educación disminuye la condición humana, se pierde dignidad y el ser humano permanece en los rincones de la historia con menos posibilidades de desarrollar sus potencialidades.
Además, para la comunidad académica de Latinoamérica el tema de la internacionalización es algo más que una posibilidad, por las ventajas de compartir proyectos.
La democracia y la integración son dos pilares fundamentales y dos ideas históricas que han adquirido una fortaleza renovada.
 “El proceso de integración educacional de América Latina debe partir del reconocimiento de su interdependencia cultural, económica, política y social”, sostuvo.

Alfabetización y educación
Al referirse a la situación actual de este sector en América Latina y el Caribe, detalló que a pesar de los avances registrados en alfabetización y educación en la zona, en 2010 aún existían más de 35 millones de personas que no sabían leer ni escribir.
Si bien entre 1970 y 2010 el promedio de instrucción de la población de 15 años y más se incrementó de 4.5 a 7.8 años, la cifra aún se ubica por debajo del promedio de la OCDE, que es de 11.1.

Ante el secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, planteó que en 2009, con una matrícula total cercana a los 20 millones de alumnos en educación superior, la cobertura en este nivel educativo fue apenas de 37 por ciento.
Todavía seis de cada 10 jóvenes en la edad correspondiente no tienen acceso.

La baja cobertura, más que un problema de las universidades, es de los sistemas nacionales, es decir, se trata de un asunto que tiene que ser resuelto de manera conjunta por los estados, los poderes instituidos y la sociedad en cada país.
Narro Robles indicó que debemos aprovechar la oportunidad que ofrece la gran población de jóvenes que se tiene hoy día. Lograr que las estructuras gubernamentales y las organizaciones sociales comprendan que sin educación no hay futuro promisorio. Se trata de uno de los grandes igualadores sociales, una prioridad que debe concretarse con recursos públicos suficientes.

Paradojas y necesidades
Por la mañana, en reunión con funcionarios del Mexico Institute Woodrow Wilson Center for Scholars, el rector planteó que es momento de hacer grandes cambios en el modelo de desarrollo, y considerar la necesidad de contar con una Carta de los Deberes Humanos, de actuar con responsabilidad frente a la vida y el futuro.
En su ponencia Nuestro mundo: paradojas, problemas y necesidad de cambios, refirió que la desigualdad es un problema mundial grave que requiere atención urgente. La educación y la ciencia deben ayudar a reducir las brechas, y la ciencia debe prestar atención a los rezagos y necesidades de los tiempos actuales, pero también considerar las demandas que los retos del porvenir plantean.
En la actualidad, indicó, 23 por ciento de la población mundial tiene entre 12 y 24 años: mil 600 millones. Sin embargo, el mundo no les da esperanza y les envía mensajes contradictorios; da la impresión de que a muchos de nuestros gobernantes tampoco se les ve preocupados por el problema de la educación, empleo, valores y falta de identidad en los jóvenes, circunstancias que se presentan lo mismo en países árabes que en Estados Unidos, España, México, Grecia y China.
Este segmento de la población registra tres veces más probabilidad de quedar desempleado que los adultos, añadió.
Por ello, consideró urgente poner al humano en el centro de las políticas públicas. En el mundo actual, el papel del Estado ha sido reducido, por lo que es indispensable recuperar su vocación social, concluyó.

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