Las presas se llenan y los acuíferos se recargan, aumenta la disponibilidad de agua para la agricultura, la generación hidroeléctrica y el suministro de agua potable
Las tormentas y huracanes en las costas del océano Pacífico tienden a estar activos entre mayo y octubre, mientras que en el Atlántico (Caribe y Golfo de México) lo hacen desde junio a noviembre, señaló en entrevista el investigador Luis Manuel Farfán Molina del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Unidad La Paz.
“No se sabe con precisión el día y la hora del próximo sistema intenso pero Ernesto –por ejemplo– no fue de tanta intensidad como otros casos que han afectado a la península de Yucatán”, dijo el experto en fenómenos meteorológicos, y recordó que “en 2005, esta zona se vio afectada por el paso de los huracanes Stan y Wilma lo que generó graves afectaciones y algunas muertes en la población”.
Sin embargo, estos fenómenos naturales no necesariamente trae consigo daños por efecto del viento, oleaje, lluvia y marea de tormenta. “Normalmente, la aproximación de un huracán trae aparejadas un aumento de humedad, nubosidad y lluvia intensa, así como la posibilidad de vientos fuertes en las zonas costeras”, lo que en ocasiones acarrea algunos beneficios, señaló el especialista en fenómenos que ocurren sobre la península de Baja California, Golfo de California y Océano Pacífico.
Con el agua de lluvia las presas se llenan y los acuíferos se recargan, facilitando con ello la existencia de agua para la agricultura, la generación hidroeléctrica y el suministro de agua potable. “La lluvia tiene un beneficio para las actividades agrícolas y ganaderas, en el país”. Los ciclones pueden llegar a ser “una fuente de lluvia para las poblaciones en zonas con limitaciones de los recursos hidráulicos, como lo es el noroeste de México”, agregó.
El Efecto Coriolis, es una fuerza que permite que un huracán gire, de la misma manera que el agua empieza a girar cuando va cayendo por un desagüe. Los huracanes se forman en los trópicos cerca del ecuador, no se pueden formar justo en el ecuador porque allí¬ no existe dicha fuerza. Cuando las condiciones oceánicas y atmosféricas propician que se genere un ciclón tropical, la evolución y desarrollo de éste puede llegar a convertirlo en huracán.
Para la temporada de ciclones de este 2012 en el Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México, la Comisión Nacional del Agua pronosticó la formación de 8 tormentas tropicales y 6 huracanes, de los cuales 4 serían moderados (categoría I y II) y 2 serían intensos (III, IV y V). En el mes de julio se pronosticaban 13, y a principios de agosto, el pronóstico se actualizó ligeramente y anticipó la formación de 14 fenómenos meteorológicos.
Los meses de agosto y septiembre son históricamente los de mayor actividad ciclónica. En septiembre se originan el 34 por ciento de los sistemas tropicales con nombre y en agosto el 26 por ciento. Hasta este momento se han formado en el Atlántico las tormentas tropicales Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto y Florence. Dos de ellos, Chris y Ernesto, han sido huracanes moderados.
Sobre los pronósticos meteorológicos, que en ocasiones pueden llegar a ser equivocados, comentó: “Todos los pronósticos cuentan con algún grado de error tanto en su intensidad como en su trayectoria. En los pasados 10 años estos últimos (los de trayectoria) han ido disminuyendo pero no tanto los primeros”.
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