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lunes, 6 de agosto de 2012

El primer ministro sirio se suma a la rebelión y denuncia un "genocidio"

Damasco AFP

 

El primer ministro sirio, Riad Hijab, se sumó a la rebelión y acusó al presidente del país, Bashar Al Asad de "genocidio", anunció este lunes su portavoz, en uno de los mayores golpes que sufre el régimen tras casi 17 meses de insurrección.

El primer ministro tomó su decisión debido a los "crímenes de guerra y el genocidio" cometidos por el régimen de Bashar Al Asad, afirmó a la televisión Al Yazira de Catar, Mohamed Otri, en declaraciones en directo desde Jordania, precisando que Hijab se encuentra en "lugar seguro" con su familia.

Según la oposición, también han desertado los ministros del Gobierno sirio y están todos en Jordania.

El 6 de junio, el presidente Asad encargó a Hijab, entonces ministro de Agricultura, formar un nuevo gobierno, tras las legislativas de mayo.

"Huyó de Siria", había asegurado unos momentos antes Rami Abdel Rahman, jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, después de que un rótulo en la televisión de Estado anunciara que Hijab fue destituido.

"Hay informaciones contradictorias sobre el lugar en el que se encuentra. Algunas personas afirman que pudo llegar a Jordania y otras que fue arrestado antes de huir", precisó Rajman.

Se trata de la deserción del dirigente sirio de mayor rango tras 16 meses de rebelión contra el régimen del presidente Asad, que han dejado más de 21.000 muertos según el OSDH.

Por su parte, la televisión del Estado indicó en un rótulo que "Riad Hijab fue destituido de su cargo de primer ministro" y que Omar Ghalawanji, vice Primer ministro y ministro de la Administración Local, fue designado para "despachar temporalmente los asuntos de actualidad".

Según el diario gubernamental Techrine, Hijab presidió el domingo dos reuniones en el ministerio de la Administración Local "sobre las medidas a tomar para reorganizar las regiones purificadas de grupos terroristas armados", término con el que las autoridades designan a los opositores y rebeldes.

Unas niñas sirias refugiadas en el campamento de Zaatri, en la ciudad jordana de Mafraq, fronteriza con Siria, este lunes, cuando el primer ministro sirio, Riad Hijab, se sumó a la rebelión y acusó al presidente del país, Bashar Al Asad de "genocidio".

Antes que él, tres oficiales de las informaciones políticas en Damasco, incluidos dos hermanos del clan del vicepresidente sunita Faruk al Chareh, desertaron el domingo y huyeron a Jordania, aseguró a AFP el coronel Kasem Sad Edin, portavoz del Ejército Sirio Libre (rebeldes) en Siria.

Por otra parte, el primer cosmonauta sirio, el general Mohamad Ahmad Fares, de 61 años, se refugió en Turquía, según la agencia Anatolia.

El anuncio de la defección de Hijab ocurre apenas unas horas después de que un atentado sacudiera la sede de la radiotelevisión oficial que dejó heridos leves pero no perturbó la emisión de los programas.

El ataque tiene un fuerte alcance simbólico, dado que toma como blanco la principal arma de información del régimen de Bashar al Asad que se encuentra además en un zona ultraprotegida de la capital. Para entrar en el edificio, hay que pasar varios controles de los servicios de seguriad.

Dos días antes del atentado el ejército afirmó que controlaba la totalidad de la capital, después de recuperar el barrio de Tadamun.

El canal de información en continuo al Ikhbaria mostró al ministro de Información, Omran al Zohbi, inspeccionando la tercera planta entre paredes destrozadas, sillas por los suelos, cables eléctricos que caen del techo y canalizaciones de agua rotas, mientras que los equipos de rescate evacuaban a un herido.

El sábado, los rebeldes habían atacado ya sin éxito el edificio de la televisión estatal en Alepo (norte), y el mismo día, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) confirmaba que un presentador del mismo canal, Mohamad al Said, secuestrado a mediados de julio en su domicilio de Damasco, había sido ejecutado.

Mientras que cada vez más desertores y civiles toman las armas frente a la sangrienta represión del régimen, Basma Kodmani, una de las portavoces del Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, afirmó que Catar, Arabia Saudita y Libia entregan armas a los rebeldes.

El primer ministro sirio, Riad Hijab, cuando era ministro de Agricultura, el 24 de noviembre de 2008 en la localidad siria de Quneitra. Hijab se ha sumado a la rebelión, según su portavoz.

En Alepo, pulmón económico del país, nuevos bombardeos y disparos de armas automáticas se registraban el lunes en varias zonas de Alepo, con saldo de ocho civiles y un dirigente rebelde muertos, según el OSDH.

Desde que amaneció, han muerto 28 personas en todo el país en episodios violentos, incluidos 21 civiles y ocho rebeldes, según la organización basada en Londres, que obtiene sus informaciones y balances de una red de militantes y testigos en Siria.

Por otra parte, el Consejo Nacional Sirio (CNS) acusó al ejército de haber perpetrado una "masacre" que habría dejado cerca de 40 víctimas en una localidad de la provincia de Hama (centro).

Según el CNS, principal coalición de la oposición, esta masacre perpetrada en Harbnafsa, 8.000 habitantes, en una provincia sunita "se inscribe en el marco de un exilio confesional" forzado.

El comunicado precisa que las tropas bombardearon primero la localidad con la ayuda de tanques durante más de cinco horas, antes de lanzar el asalto, dejando 40 muertos y 120 heridos, en su mayoría de gravedad.

El OSDH sin embargo reduce la cifra de muertos a 11, incluidos cinco niños.

Para preparar la batalla de Alepo que considera "decisiva", el ejército finalizó el domingo el envío de importantes refuerzos en esta ciudad, segunda del país y escenario de violentos enfrentamientos desde el 20 de julio.

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