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domingo, 5 de agosto de 2012

Declaración de guerra de Cortes a Moctezuma

El_hombre_en_llamas

Pedazo de la Historia de la conquista de México

Cortés les dio un discurso a los totonaca. Les dijo que el barco mensajero regresaría con la orden de su rey de elevarlo de rango, pero que él se anticiparía a ello y que de ahí en adelante no debían llamarlo solamente por Capitán, sino por Capitán General y que también anticipándose a la orden de su rey, él le daba un nuevo nombre al Cem-Anáhuac, El Único Mundo. 
Todas las tierras de la costa que él ya tenía y todas las tierras que él descubriera en el futuro, se llamarían en lo sucesivo como La Capitanía General de la Nueva España.
Por supuesto que esas palabras en español significaban muy poco para nosotros, sobre todo cuando el quimichi las dijo con su acento totonaca.
Pero estaba lo suficientemente claro que Cortés, aunque fuese un loco digno de lástima o un hombre audaz quien actuaba incitado por las ambiciones de su consorte, se estaba atribuyendo tierras sin límites y pueblos incontables que ni siquiera había visto, sin haberlos conquistado por combate o por algún otro medio.
Las tierras sobre las que él clamaba sus dominios incluían las de nosotros y los pueblos sobre los que él clamaba soberanía incluía al nuestro, los mexica.
Casi echando espuma por la boca ante ese ultraje, Cuitláhuac dijo: «Si ésa no es una declaración de guerra, Venerado Hermano, entonces nunca he oído una.»
Motecuzoma dijo con incertidumbre: «Él no ha mandado todavía los regalos guerreros u otras insignias guerreras con esa intención.»
«¿Esperarás hasta que él descargue sus estruendosos cañones sobre tus oídos? —demandó con impertinencia Cuitlahuac—. Obviamente él ignora nuestras costumbres de declarar la guerra. Quizás el hombre blanco lo haga sólo con palabras de desafío y presunción, como él lo ha hecho.
Así es que enseñémosle a ese plebeyo engrandecido algunas buenas maneras. Mandémosle nuestros regalos de guerra, nuestras banderas y armas. Luego vayamos a la costa y ¡echemos de ella a ese insufrible jactancioso, empujándolo al mar!»
«Cálmate, mi hermano —dijo Motecuzoma—. Todavía él no ha molestado a nadie en estos lugares excepto a esos despreciables totonaca y aun a ellos sólo les ha hecho ruido.
Por lo que a mí respecta, Cortés se puede quedar en la playa pavoneándose, poner su estado allí y romper el viento por ambos lados.
Mientras tanto, hasta que él no haga nada, nosotros esperaremos.»

PD
En dónde se encuentra este mural....?

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