LONDRES (AFP)Siria debía ser el principal tema de discusión entre el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente ruso, Vladimir Putin, de visita el jueves al Reino Unido por primera vez en siete años para asistir a las finales olímpicas de yudo, su deporte de predilección.
Cuando los combates entre insurgentes y las fuerzas del régimen siguen en Alepo, la segunda ciudad siria, Cameron debería de nuevo tratar de flexibilizar la postura del presidente ruso durante una entrevista en Downing Street.
Rusia, aliado de Damasco, ha bloqueado en tres ocasiones resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que amenazaban a Siria con sanciones.
Moscú también ha seguido entregando armas al régimen del presidente Bashar al Asad, que libra una lucha sin piedad contra la rebelión desde marzo de 2011.
"Esperamos tener una nueva oportunidad (...) de explicar a la patria británica nuestra postura coherente, muy clara y transparente", declaró el miércoles un portavoz del Kremlin.
Reino Unido, al igual que su socios occidentales, desea que Bashar al Asad abandone el poder para permitir una transición pacífica.
Cameron ya tuvo ocasión de tratar el tema con Putin en junio durante la cumbre del G20 en México.
Entonces dio a entender que el presidente ruso no quería ver a Asad mantenerse en el poder, pero fue desmentido el miércoles por el portavoz del Kremlin. "Digamos que se trata de un error de traducción", explicó.
Putín había visitado ya Londres en viaje oficial en 2003, y en 2005 fue a Escocia para una cumbre del G8.
El presidente ruso quiere aprovechar la visita para evocar las perspectivas de cooperación económica y energética. Y también de satisfacer su amor por el yudo (es cinturón negro) al asistir a las finales olímpicas junto a Cameron.
El hombre fuerte de Rusia, al que le gusta mostrar una imagen viril, a menudo aparece en los medios luchando con yudocas en su país.
Cameron espera también que este intermedio deportivo le permitirá cerrar grandes contratos.
"Mi principal prioridad es cerrar esos contratos" y "no concentrarme en lo que ocurra en el tatami", explicó recientemente.
Durante su visita a Moscú a finales de 2011, cerró contratos por valor de más de 300 millones de libras (348 millones de euros).
Tras la victoria de Vladimir Putin en las presidenciales de marzo, le llamó para indicarle estar impaciente por trabajar con él para "superar los obstáculos en las relaciones entre los dos países y construir lazos políticos y comerciales más fuertes".
Desde el asesinato en 2006 en Londres del exagente ruso Alexandre Litvinenko, muy crítico con Moscú, las relaciones ruso-británica han sido muy tumultuosas.
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jueves, 2 de agosto de 2012
El conflicto sirio y el yudo en la agenda de la visita de Putin a Londres
Publicado por
Pancho Piteko
via afp.com
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