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viernes, 11 de mayo de 2012

Hollande de lleno en el debate europeo, entre expectativas y presiones

PARIS (AFP)

François Hollande, que asumirá el martes la presidencia de Francia, se situó ya antes de asumir el cargo en el centro del debate sobre el crecimiento europeo, creando grandes expectativas como contrapeso a los ajustes impulsados por Alemania, pero recibiendo al mismo tiempo fuertes presiones.

Hollande se reunirá el martes, inmediatamente después del traspaso de poderes presidenciales, con la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, un primer contacto que se anuncia particularmente difícil entre el presidente socialista y la canciller conservadora, que se negó a recibirlo antes de ganar la elección y cuyos puntos de vistas son diametralmente opuestos.

El gobierno alemán afirmó el viernes, al confirmar la reunión, que en la misma "no se adoptarán decisiones, sino que servirá para conocerse", según el portavoz gubernamental, Steffen Seibert.

La víspera, Merkel instó a los países europeos a respetar los compromisos de rigor fiscal, y rebatió la posición de Hollande, aunque sin mencionar a éste. "Un crecimiento basado en el crédito nos llevará de nuevo al inicio de la crisis. No lo queremos, no lo haremos", dijo.

El viernes fue el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, quien reiteró esa posición, también sin nombrar a Hollande. "Hemos decidido poner fin a la política de endeudamiento. Las elecciones no invalidan los acuerdos entre los Estados", dijo Westerwelle ante los diputados alemanes.

Merkel y yo "tenemos posiciones que no son todavía convergentes", declaró el jueves Hollande.

Pese a que diversos analistas estiman que un acuerdo es posible dado que Hollande no rechaza el pacto de equilibrio presupuestario en sí, sino sólo completarlo con medidas de fomento al crecimiento, el diálogo de Hollande con Merkel no será fácil.

Tanto menos cuanto la Comisión Europea anunció este viernes previsiones económicas para Francia inferiores a las de Hollande.

Según la comisión, el déficit público de Francia será en 2013 de 4,2% del PIB, cuando las previsiones de Hollande se basan en un 3% de crecimiento, y el PIB aumentará en el año 1,3%, cifra inferior a la expectativa de Hollande, de un 1,7%, aunque mejor que la del FMI (1%).

Pero Bruselas aclaró que sus previsiones se hacen partiendo del supuesto de una "política económica constante", es decir, que no tiene en cuenta posibles cambios de orientación tras la toma de posesión de Hollande.

Hollande confirmó el viernes sus objetivos, afirmando que su equipo "había anticipado" la degradación de las cuentas públicas.

Ya antes de asumir, Hollande multiplicó las consultas con dirigentes europeos. El miércoles se reunió con el presidente de la Unión Europea (UE), Herman Van Rompuy, y el jueves con Jean-Claude Juncker, primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo.

Van Rompuy había anunciado el martes la realización de un cumbre de dirigentes europeos, el 23 de mayo, en la que el tema central será el crecimiento.

Juncker afirmó el mismo día que comparte la opinión del nuevo presidente francés sobre la necesidad de iniciativas que favorezcan el crecimiento, aunque reiteró que se opone a la renegociación del tratado fiscal.

"Abogamos por una utilización más importante de medios estructurales y por un aumento del capital del Banco Europeo de Inversiones", declaró en el Parlamento de su país.

Las propuestas de Hollande recibieron el apoyo de numerosas personalidades europeas y, más allá del marco europeo, incluso la del director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el francés Pascal Lamy, quien abogó por un "presupuesto europeo de crecimiento" en un artículo publicado el martes en el diario Le Monde y cofirmado por el ex presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), Jacques Attali.

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