Las novedades más esperadas del Tratado de Lisboa.

Presenta una Iniciativa

Participa en la política europea

Iniciativa Ciudadana Europea, una de las novedades más esperadas del Tratado de Lisboa.

Europa / Ciberpasquinero / EFE

Si crees que la política europea está alejada del ciudadano o no tiene en cuenta sus opiniones, desde abril próximo podrás hacer algo para cambiarlo.
A partir de ese mes podrás poner en marcha una Iniciativa Ciudadana Europea, una de las novedades más esperadas del Tratado de Lisboa.
Para ello es necesario que al menos un millón de ciudadanos de siete Estados miembros -es decir, tú y otros 999.999- se unan para instar a la Comisión Europea a legislar sobre un tema que les preocupe o queráis cambiar.

Tópicos
Pero ¿sobre qué cuestiones pueden presentarse estas iniciativas?
¿Cómo controlar que las propuestas que se lanzan son serias?
¿Y cómo impedir que grupos extremistas utilicen esta herramienta como plataforma de sus opiniones?
Para que una propuesta sea objeto de una iniciativa ciudadana debe, en primer lugar, referirse a una política que sea competencia de la UE, es decir, que su gestión corresponda a las autoridades de la Unión y no a los Estados.
Además, la Comisión Europea debe estar facultada para proponer legislación al respecto.
El ámbito de temas, por tanto, es muy amplio: desde agricultura y pesca hasta política económica y monetaria, pasando por controles fronterizos, asilo e inmigración, cooperación policial, libre circulación de personas, energía, cultura, empleo y política social y medio ambiente, salud pública y transportes.
También podrán referirse a fiscalidad, comercio exterior, competencia, industria o lucha contra el fraude.
Si van a lanzar una Iniciativa y detectan que hay otra en curso totalmente opuesta, no hay problema: sigue adelante con la idea. También se podrán presentar varias veces la misma iniciativa.

Pero hay restricciones
En ningún caso los ciudadanos podrán solicitar, a través de estas iniciativas, la revisión de los Tratados.
Tampoco se aceptarán iniciativas que sean abusivas o frívolas, ni aquellas que sean contrarias a los valores de la Unión, según establece el Reglamento sobre estas iniciativas.