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lunes, 2 de julio de 2012

Las preocupaciones laborales de los padres podrían significar una peor nutrición para los hijos

Imagen de noticias HealthDay

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JUEVES, 28 de junio (HealthDay News) -- Mientras más estrés relacionado con el trabajo experimentan los padres, más probable es que sus hijos coman alimentos malsanos, muestra un estudio reciente.

"¿Quién hubiera pensado que la nutrición de un niño sería afectada porque [sus padres] estén preocupados por el trabajo?", planteó Katherine Bauer, investigadora y profesora asistente de salud pública del Centro de Investigación y Educación sobre la Obesidad de la Universidad de Temple. Bauer condujo el estudio mientras se encontraba en la Universidad de Minnesota.

La investigación aparece en la edición actual de la revista Social Science & Medicine.

Bauer y colegas usaron datos de un estudio de más de 3,700 padres de adolescentes que vivían en un área metropolitana del oeste medio. Apenas 64 por ciento de los papás y 46 por ciento de las mamás tenían empleo a tiempo completo.

Las mamás empleadas a tiempo completo tenían menos comidas como familia, servían más comida rápida y animaban a sus hijos adolescentes a comer sano con menos frecuencia, hallaron los investigadores. Tenían una ingesta más baja de frutas y verduras, y pasaban menos tiempo preparando comida que las mamás que trabajaban a medio tiempo o que no estaban empleadas.

La única diferencia de los papás según el estatus laboral fue que los trabajadores a tiempo completo pasaban menos horas en la preparación de comidas que los que trabajaban a medio tiempo o no tenían empleo.

Las mamás pasaban más horas en la preparación de las comidas que los papás, independientemente de su estatus laboral, apuntó Bauer.

Los padres con niveles altos de estrés eran más propensos a comer comida rápida en las comidas familiares, menos propensos a animar a sus hijos a comer sano y más propensos a comer menos porciones de frutas y verduras al día.

Las mamás con niveles altos de estrés servían en promedio cuatro comidas familiares por semana, mientras que las que tenían niveles bajos de estrés servían 5.5 comidas. Los papás con niveles altos de estrés tenían 4.1 comidas en familia a la semana, y los que tenían niveles bajos de estrés tenían 5.7 comidas familiares a la semana.

Los hallazgos no resultaron sorprendentes para la Dra. Alice Lichtenstein, profesora de ciencias y políticas de la nutrición de la Universidad de Tufts, en Boston.

"El estrés laboral puede afectar muchas áreas de la vida diaria, incluso los horarios y la calidad de las comidas", advirtió.

¿La solución? Bauer dijo que los niños deben aprender a preparar y cocinar comidas. Toda la familia también puede ayudar con la compra de alimentos.

Lichtenstein se mostró de acuerdo. "Enseñar tanto a los padres como a los niños a aprovechar alimentos rápidos, fáciles, saludables y comunes que tenemos la suerte de hallar en el mercado puede aliviar la carga que tiene que soportar un solo miembro de la familia", señaló.

"Nadie quiere ir al supermercado después de un día de cansancio, ya sea por el trabajo, las clases o las actividades extracurriculares", continuó Lichtenstein. "Un poco de planificación por adelantado puede asegurar que los componentes de una comida rápida y saludable estén a mano".

Sus sugerencias: Llene el congelador de verduras congeladas y fuentes magras de proteína, como pollo o camarones. Se puede hacer una variedad de revueltos que se pueden preparar rápidamente. También tenga verduras frescas y tofu a mano.

"La otra parte importante de la ecuación es asegurar que todos los miembros del hogar sientan confianza al ayudar, ya sea que los niños pequeños preparen la lechuga y pongan la mesa o que los más grandes corten o cocinen", comentó Lichtenstein. "La clave es tener los ingredientes básicos y el conocimiento sobre cómo usarlos para preparar comidas".


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

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