• Los cursos iniciarán en agosto. Una de sus sedes será la Facultad de Ingeniería
El punto inicial fueron proyectos tendientes a desarrollar vehículos de tecnologías alternas, sistemas de producción, nuevos materiales y propuestas de diseño automotriz, entre otras líneas de investigación desde hace una década.
De acuerdo con Saúl Santillán Gutiérrez, miembro del grupo que coordinó el plan de estudios, “una razón económica es que esta industria representa más del 14 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
El contexto profesional de la nueva área de estudios está determinado por una revolución tecnológica, abundó el investigador.
Estos procesos provocaron un fenómeno particular en la cadena productiva: de ser un país manufacturero –las empresas de autopartes únicamente recibían los planos del cliente automotriz y fabricaban– se pasó a generar experiencia, conocimiento y tecnología.
“Empezó a alterarse gradualmente el paradigma y ahora los grandes fabricantes piden a los especialistas en autopartes piezas para vehículos híbridos, como bancos de capacitores, suspensiones ‘inteligentes’ que operan en determinados rangos y velocidades. De manera que esos fabricantes ahora hacen diseño, innovan y compiten”, abundó Santillán Gutiérrez.
Según el investigador, esta industria se globalizó, por lo que hay enormes inversiones en India, donde se establecieron centros de diseño para las grandes empresas; lo mismo en Rusia, China y México, donde hay gente preparada en este rubro.
Para apuntalar este posgrado, los organizadores han colaborado con la Secretaría de Economía, ProMéxico, con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA); asimismo, con la Industria Nacional de Autopartes A. C. (INA) y con la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT), para conocer los requerimientos de esa industria.
Estos últimos abarcan diseño, desarrollo e innovación tecnológica; en concreto ingenieros con buenas bases científicas y tecnológicas que se especializaran en un posgrado.
El posgrado, aprobado por las instancias universitarias hace un año, abrirá sus primeros cursos en agosto próximo, y una de sus sedes será la Facultad de Ingeniería (FI).
Respecto a las razones sociales, destacó el empleo. La industria automotriz mexicana registra cerca de un millón 200 mil plazas.
Además, añadió, “no hay inversiones si el territorio receptor no cuenta con gente capacitada para desarrollar los procesos productivos y de innovación. Tenemos ese reto: no se trata de hacer sólo manufactura, sino desarrollar nuevos sistemas”.
Un argumento más para crear este posgrado, insistió Santillán, es el momento de cambio tecnológico global. “Los consumos y la escasez de combustible provocan que aparezcan innovaciones; de estas últimas, hay algunas que competirán para sustituir a los combustibles fósiles; se buscan nuevos materiales, autos más ligeros, nuevos principios para hacerlos más rápidos y más eficientes y, al mismo tiempo, habrá una revolución en el transporte por lo que hay que mantenerse en esa línea”.
Si hay 16 chinos, 11 hindús, siete europeos, cinco rusos, cuatro estadounidenses y tres brasileños por cada mexicano, no podemos quedarnos con la expectativa de ser mano de obra, estaríamos perdidos, concluyó.
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