• Se trata de técnicas de fotografía aérea digital con cámaras de formato pequeño para obtener información del territorio; representan una alternativa al uso de imágenes satelitales, indicó Armando Peralta, del IG
• En plataformas simples de aluminio aeronáutico, resistente a la corrosión, se colocan las cámaras, sin comprometer a la aeronave, las características del vuelo, y sin ir más allá de lo permitido por las normas, dijo
• En plataformas simples de aluminio aeronáutico, resistente a la corrosión, se colocan las cámaras, sin comprometer a la aeronave, las características del vuelo, y sin ir más allá de lo permitido por las normas, dijo
Se trata de técnicas de fotografía aérea digital con cámaras de formato pequeño para obtener información del territorio, que representan una alternativa al uso de imágenes de satélite, que suelen ser muy costosas. Así, es posible ver con rapidez los efectos de heladas, inundaciones u otras afectaciones como incendios forestales.
Además, se ha capacitado a personal de diferentes instancias en su uso. “Las técnicas son fáciles de aprender y pueden ser aplicadas por entidades de gobierno, uniones de productores agrícolas o instituciones de investigación, que pueden hacer sus propios levantamientos a bajo precio”, explicó el biólogo.
Rentar una avioneta cuesta alrededor de cuatro mil pesos la hora de vuelo, y en ese lapso se puede “levantar” una ciudad pequeña, y hasta mediana, señaló el universitario.
La tecnología desarrollada incluye plataformas simples de aluminio aeronáutico, resistente a la corrosión, donde se colocan las cámaras sin comprometer a la aeronave, las características del vuelo, y sin ir más allá de lo que permiten las normas aeronáuticas en México.
Son artefactos de bajo costo, con un diseño de ingeniería pensado, después de muchos años de experiencia, para que las cámaras no sufran con la vibración de los helicópteros y se puedan montar con relativa facilidad.
Normalmente, explicó Peralta, en la plataforma van dos cámaras: una visible y otra infrarroja. “Esta última ha sido modificada por nosotros. La usamos porque esa banda es muy importante para estudios ambientales, pues nos habla de las condiciones de la vegetación”.
En la fotosíntesis, explicó, se emite luz en el infrarrojo cercano, y si eso sucede, se pueden obtener imágenes donde se distingue perfectamente lo que es vegetación, de lo que no lo es. Además, los cuerpos de agua, zonas inundadas y ríos, entre otros, aparecen en negro.
La aplicación de esta tecnología ha resultado ser útil e importante. En la reserva de la mariposa monarca, por ejemplo, es fundamental para determinar el pago por servicios ambientales a quienes cuidan el bosque, o para precisar si hay áreas de deforestación.
El universitario indicó que el IG ha colaborado desde hace años con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, donde se ha transferido la tecnología y se ha capacitado personal. “Ese grupo asimiló las técnicas y se dedicó, incluso, a desarrollar sus propios métodos”.
De igual manera, las técnicas se utilizaron para realizar el levantamiento de las islas del Golfo de California, que no estaban mapeadas, con un enfoque ambiental. Son propiedad federal y requieren de un plan de manejo para conservar las especies vegetales y animales que las habitan, aclaró.
También, en colaboración con la referida Comisión, se ha investigado acerca de la pérdida de playas o manglares en Quintana Roo y otros puntos del territorio nacional.
Asimismo, los investigadores han colaborado en un proyecto para identificar alternativas de restauración de marismas nacionales en Sinaloa y Nayarit.
En ese caso, “utilizamos nuestros métodos de foto aérea digital y propusimos, por primera vez en el rubro ambiental, la incorporación de la tecnología LIDAR, barredores láser que permiten obtener topografía detallada del terreno, y distinguir la matriz de los árboles y la forma del dosel, del suelo. Además, brinda información de la estructura de los árboles: alcanzamos a ver la altura, la forma, el fuste y otros aspectos”.
Para el gobierno capitalino, la plataforma ha servido en la vigilancia y seguimiento puntual de los límites del suelo de conservación. Si no se pone cuidado se pierden más áreas verdes, fundamentales para la recarga de acuíferos y la calidad de vida, aclaró Peralta.
Igualmente, se hizo el inventario de áreas verdes en la zona urbana del Distrito Federal, así como un proyecto piloto para identificar espacios públicos como parques, para conservarlos o recuperarlos.
Con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), se construyó una pequeña instalación para cámaras de formato pequeño. “Se necesitaba hacer el inventario de los manglares de México, ver cuántos hay y en qué condiciones”. La estrategia fue hacer vuelos en helicópteros con recorridos por los litorales, lagunas costeras y zonas, con un sistema de muestreo representativo.
Este año las colaboraciones continúan, y se capacitará a personal acerca de los criterios para tomar las fotografías e instalar las cámaras en el helicóptero, cómo llevar a cabo algunos de los sistemas de muestreo, y la interpretación de las imágenes.
Al respecto, Peralta precisó que cada foto debe ser georeferenciada, y en algunos casos se debe corregir y armar “mosaicos”, porque una imagen cubre una zona pequeña. “Si queremos tener esto como alternativa a la aérea, debemos unirlas como mosaicos para obtener otra, que cubra una mayor extensión”.
Por último, informó que como parte de este proyecto se espera aumentar la resolución en las tomas, así como impulsar el uso de aeronaves pequeñas no tripuladas, y continuar la aplicación de la tecnología LIDAR, para abordar problemas de relevancia relacionados con la conservación de ecosistemas, la evaluación de los recursos forestales, y características de las zonas urbanas (catastro, gestión de áreas verdes).
No hay comentarios:
Publicar un comentario