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lunes, 9 de julio de 2012

El tratamiento del síndrome del intestino irritable plantea desafíos

La falta de una prueba diagnóstica y los fármacos limitados están entre las dificultades que enfrentan quienes sufren del trastorno digestivo

Hasta uno de cada cinco estadounidenses tienen que afrontar cada día síntomas del síndrome del intestino irritable (SII), un trastorno digestivo para el cual las opciones de tratamiento siguen siendo limitadas.
"El tratamiento es desafiante porque ahora mismo solo tenemos un fármaco aprobado por la FDA [la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU.]", explicó el Dr. Satish Rao, director del Centro de Salud Digestiva de la Universidad de Ciencias de la Salud y del Sistema de Salud de Georgia.
Pero también hay buenas noticias, afirmó, porque existen formas no farmacológicas de ayudar a controlar los síntomas, y hay varios fármacos en desarrollo. Y aunque el SII puede afectar la calidad de vida de las personas significativamente, Rao apuntó que no daña los intestinos y que "nadie muere de SII".
Según Rao, los síntomas más comunes del SII son dolor o incomodidad abdominal y una función intestinal alterada.
El Dr. William Sandborn, jefe de gastroenterología del Sistema de Salud de la Universidad de California, en San Diego, explicó que el SII "es más un problema de los músculos y nervios del intestino".
"Si tiene problemas porque el intestino se contrae demasiado, sufrirá de calambres y diarrea", señaló. "Si el intestino no se contrae lo suficiente, los contenidos del intestino no se mueven lo suficiente, y tendrá estreñimiento".
Si tiene diarera asociada con síntomas abdominales, los médicos llamarán a su trastorno SII con diarrea predominante. Si el estreñimiento es el problema, tiene SII con estreñimiento predominante. Los que experimentan tanto diarrea como estreñimiento sufren de lo que se conoce como SII mixto.
Las causas exactas del SII siguen siendo un misterio, o lo que Rao denomina "la pregunta del millón de dólares".
"Hemos descubierto algunos factores", dijo Rao. "Parece que las personas con ciertos genes están predispuestas al SII, y los factores ambientales tienen que ver. Los cambios en la flora intestinal [los tipos de bacterias en los intestinos] podrían predisponer al SII". También señaló que algunas personas desarrollan SII tras sufrir de una infección viral o bacteriana. Esto se conoce como SII postinfeccioso.
Algunas personas podrían también tener intolerancias dietarias a sustancias como la fructosa, y esos síntomas pueden parecerse al SII, señaló.
Un factor que definitivamente no provoca SII es el estrés, enfatizó Rao, aunque apuntó que podría provocar síntomas en las personas que ya sufren del trastorno digestivo.
No existe una prueba diagnóstica específica para el SII, así que para diagnosticarlo, los médicos deben descartar causas potencialmente más graves de los síntomas digestivos, como cáncer de colon o enfermedad de Crohn. Sandborn y Rao explicaron que entre los métodos para hacerlo se incluyen pruebas sanguíneas, TC, una prueba de hidrógeno en el aliento, la endoscopia y la colonoscopia.
Por lo general, el tratamiento busca aliviar los síntomas. Para las personas cuyo principal problema es la diarrea, se podrían administrar complementos de fibra y posiblemente fármacos contra la diarrea, según Sandborn.
Para aquellas cuyo síntoma principal es el estreñimiento, un médico podría sugerir ablandadores de heces.
Sandborn advirtió que las personas con SII deben "intentar evitar los laxantes estimulantes, ya que pueden dañar el intestino si se usan de forma crónica". Pero planteó que unas bacterias beneficiosas naturales conocidas como probióticos, ya sea a partir del yogurt o de un complemento, podrían ayudar a aliviar algunos síntomas del SII.
Los cambios dietarios también podrían ayudar, pero "no hay una dieta perfecta para esto que ayude a todo el mundo", lamentó Sandborn. Sugirió trabajar con un nutricionista para intentar eliminar los alimentos que podrían desencadenar síntomas al mismo tiempo que se mantiene una dieta saludable.
En cuanto a los medicamentos, el antibiótico rifaximina, que se receta para la diarrea del viajero, podría resultar útil para algunas personas con SII, aunque Sandborn apuntó que actualmente no está aprobado para ese uso. La linaclotida es otro medicamento que se está investigando para el uso en el SII con estreñimiento, y actualmente está bajo revisión de la FDA.
El único fármaco aprobado por la FDA para el SII es alosetrón (Lotronex), que fue aprobado para el SII con diarrea. Pero debido a sus efectos secundarios potencialmente graves, su uso está restringido y solo ciertos médicos pueden emitir recetas para el medicamento.
Otro fármaco para el SII, el tegaserod (Zelnorm), se retiró del mercado de EE. UU. hace varios años, y ahora está disponible a través de la FDA para emergencias potencialmente letales o que ameriten hospitalización.
Sandborn apuntó que se ha relacionado con un mayor, aunque raro, riesgo de ataque cardiaco.
El intestino irritable "es una afección que no parece una enfermedad importante, pero afecta significativamente la calidad de vida", afirmó Rao. "Tenemos que personalizar el tratamiento según las necesidades del paciente, y eso con frecuencia incluye a todo un grupo de personas maravillosas como los médicos, los nutricionistas, los especialistas en el dolor y otros, dependiendo de la situación y las necesidades del paciente".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: William Sanborn, M.D., chief, gastroenterology, and head, Inflammatory Bowel Disease Center, University of California San Diego Health System; Satish Rao, M.D., Ph.D., professor, medicine, section chief, gastroenterology and hepatology, and director, Digestive Health Center, Georgia Health Sciences University and Health System, August, Ga.
HealthDay

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