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domingo, 1 de julio de 2012

Sistemas de vigetación urbana, antídota contra las islas de calor

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• Son áreas donde se registra el aumento de temperatura del aire y de la superficie, y su acumulación es, en gran parte, resultado de la urbanización
• Según el modelo teórico computacional desarrollado por Víctor Luis Barradas Miranda y su grupo de investigación, del IE, al colocar plantas de forma estratégica se reducirían alrededor de cuatro grados centígrados

En las ciudades, las “islas de calor”, es decir, ciertas áreas donde aumenta la temperatura del aire y de la superficie, son en gran parte resultado de la urbanización, principalmente del uso de cemento y asfalto. En el caso del DF, la diferencia puede llegar a ser de cuatro o cinco grados centígrados con respecto a la zona rural de Chapingo.
Para reducir su efecto, Víctor Luis Barradas Miranda, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, propuso crear sistemas con vegetación urbana, y así evitar los problemas actuales de la llamada polución térmica, diferente a la contaminación, que es mucho mayor, como la que genera una termoeléctrica.
Además, alertó, se espera que las ondas de calor vayan en aumento, por el incremento de las “islas”, ambas explicadas por el cambio climático. Con la vegetación “podemos, aunque sea de manera marginal, tratar de mitigar ese fenómeno al ser reservorios de carbono”.
Según el modelo teórico computacional desarrollado por el científico, colocar plantas de forma estratégica en la urbe reduciría hasta cuatro grados centígrados el entorno durante la época de calor.
Asimismo, se podrían ahorrar cada año 30 mil millones de pesos en consumo de energía, resultado del empleo de aire acondicionado para enfriar los edificios.
El científico explicó que dentro de la Ciudad de México, por ejemplo, el Centro Histórico es más cálido que el sur y que su humedad es más baja. Además, en la metrópoli son escasas las áreas verdes; por ejemplo, en la colonia Escandón sólo el seis por ciento de la superficie está compuesta por vegetación, y al no haber evaporación de las plantas, el aire se calienta y se forma la isla de calor.
Al comparar mediciones en la zona de la Merced, con respecto a Chapingo, en el Estado de México, la diferencia puede ser de hasta 10 grados, aunque ello puede deberse a las condiciones meteorológicas en aquella área, considerada rural (nublados, lluvia y vientos fuertes).
Barradas Miranda y su grupo de investigación encontraron también que, contrario a lo que se pensaba antes, no es un fenómeno que sólo se registra en las primeras horas, sino durante todo el día, según mediciones realizadas en los años 2009 y 2010; si se sobrepasa el intervalo de confort humano, y se provoca incomodidad, se produce la polución térmica.
Para mitigar este fenómeno, existen diversos métodos. “Uno de ellos es “deshacernos” de la radiación, al pintar los techos de blanco. Sin embargo, no debe olvidarse que ese calentamiento puede ser benéfico en el invierno, pues se disminuiría el uso de la calefacción artificial”.
Por ello, según la indagación financiada por el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), de la UNAM, y la Comisión Nacional de Vivienda, la solución es el empleo de plantas, principalmente, arbóreas.
Además, debería hacerse un uso estratégico, es decir, “arreglos” que incluyan vegetación con follaje perenne, o caducifolio, plantas que lo pierden en invierno y no transpiran, y así no enfrían el sistema urbano.
Se podrían utilizar fresnos, árboles caducifolios que transpiran mucho y son de rápido crecimiento y que, como otros, también son reservorios de carbono.
Barradas Miranda reconoció que no es posible derribar edificios para instalar parques, pero sí se puede impulsar la implementación y construcción de muros verdes que atrapen la radiación, y que no permitan la elevación de la temperatura.
Conforme crece la ciudad y su zona conurbada, se extiende más el centro cálido hacia áreas del norte y noroeste, en el Estado de México, donde se registra un incremento urbano drástico y caótico, en el que no se incluyen espacios arbolados.
Al respecto, Barradas señaló que se debe detener esa expansión sin planeación, y tomar cartas en el asunto para que los nuevos asentamientos sean proyectados, y de alguna manera no proliferen las islas de calor.
Por último, el investigador expuso que se desarrollará un modelo computacional general para todas las metrópolis de México, aunque las condiciones cambian en cada caso.

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