El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas. Las franjas rojas sobre fondo amarillo evocan la bandera catalana.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas. Las franjas rojas sobre fondo amarillo evocan la bandera catalana.
Kap
La comunidad autónoma más rica y endeudada reivindica una aportación menor a la financiación de un Estado asediado por las deudas, mientras saca a relucir el fantasma de la independencia. En Bruselas, esta réplica a pequeña escala de los problemas de la zona euro se observa con inquietud y escepticismo.
Claudi Pérez
[...] Las crisis funcionan como artefactos de esquematización: el relato alemán de la crisis europea es un cuento moral, basado en la creencia de que el patatús económico se debe a la irresponsabilidad fiscal de los pecadores del Sur, a quienes hay que castigar. A partir de ese falso guion, las soluciones son más y más difíciles, los mecanismos de solidaridad escasean, la ciudadanía de algunos países del Norte recela, en el Sur asoma un sentimiento antialemán (o antieuropeo) y en muchas de las últimas elecciones resurgen los extremismos, que en Europa funcionan como ese genio que sale de la lámpara y que tan difícil resulta volver a meter en ella. España es una especie de microcosmos de la crisis del euro: el desencuentro escenificado por Cataluña traza extraños paralelismos con esa historia. De nuevo un genio del pasado sale de la lámpara – el encaje de algunas autonomías – en plena crisis.
Las causas directas de los problemas económicos catalanes son la profunda recesión tras una burbuja inmobiliaria de aúpa y la labor de varios Gobiernos a lo largo de los años [...].
Leer el artículo completo en el diario El País.
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