La destreza de latinos como éstos ha seguido atrayendo a las familias al circo, pese a la competencia que representan otras formas de entretenimiento que van desde videojuegos hasta otros circos que no usan animales.
"Lo que nos ayuda son los papás, porque son los que los que traen (a los niños) y ya que están aquí los niños se dan cuenta lo que es un circo, porque los niños están pegados, últimamente, a la televisión, al celular", dijo Luz María Maldonado, vicepresidenta de marketing para Latinoamérica de Feld Entertainment, empresa productora de cada espectáculos del Ringling Bros., que actualmente presenta en México "Dragons".
En el show inspirado en el año del dragón, que ofrece funciones en la capital mexicana hasta el 9 de junio, destacan los Torres de Paraguay, cinco hermanos y tres primos que dejaron atrás las pistas de motocross hace 16 años para dedicarse al acto que hoy presentan: el globo de acero, en el que desafían la gravedad dentro de una esfera metálica manejando sus motocicletas a 80 kilómetros por hora.
"Un día llega un circo a Paraguay... Era un circo argentino y tenían el acto de la esfera metálica y les llamó mucho la atención. Como corrían en motocross, decidieron tomar el riesgo de intentarlo y así empezaron poco a poco", relató Angelo Fuentes, de 23 años y el menor del grupo.
Para los Torres, la presencia latinoamericana añade "azúcar" a la adrenalina que generan en el público con cada función.
"Hemos recibido mucha positivad de la gente, no sólo por lo que realizamos, sino por ser latinos, que se caracterizan por tener el azúcar en la sangre", expresó Fuentes. Nuestra presencia "da un toque latino que le da más emoción al público porque los latinos siempre llegan con un buen espectáculo", agregó.
El circo también cuenta con artistas de Argentina, Perú, Cuba y Brasil.
Los creativos del circo planean cada uno de los tres espectáculos que la compañía presenta de manera simultánea en distintos países con un año de anticipación.
Para "Dragons" se contempló una fiesta previa, incluida en el costo del boleto, que le da la oportunidad a los asistentes de introducirse en el universo circense: pisar la arena, participar en actividades como aprendizaje de malabares y realizar pruebas de vestuario.
Ariel Torres, de 40 años y que ha pasado más de una década con el circo, dice que con actividades como esta y el talento latinoamericano "la gente está volviendo al circo".
"Antes estaba bajando", reconoció, "pero se está recuperando".
Héctor Esqueda es el único mexicano en el espectáculo como parte de Los Jinetes del Viento, un acto en el que una docena de cosacos realizan maniobras ecuestres y que realiza junto a 11 jinetes rusos.
"Desgraciadamente hay mucha discriminación en países latinoamericanos", lamentó el artista de 30 años. "Muchas veces (el público) ve a algún ruso o alemán y dice que tienen un buen acto sin darse cuenta que en Venezuela o Colombia tenemos buenos actos y buenos artistas".
Esqueda llegó al circo estadounidense hace seis años, aunque lleva más de dos décadas trabajando en estas artes en las que incluso aprendió ruso.
En ese periodo ha atestiguado que el circo es "un espectáculo para toda la familia, no pierde credibilidad... Los payasos siguen divirtiendo, los actos siguen emocionado".
El británico Alexander Lacey ha estado inmerso en la magia del circo de manera natural, pues forma parte de la 11ª generación de criadores y entrenadores de felinos salvajes y desde los 17 años se convirtió en un artista nómada.
Lacey, de 37 años, dirige a cuatro tigres, cuatro leonas y un león en cada función de "Dragons". Su acto, en el que recibe rugidos de la leona Princess y besa al imponente león Masai es uno de los más aclamados y más atractivos del espectáculo.
A pesar de ello, reconoció que "es más difícil entretener a los niños, porque tienen demasiado con la televisión y los videojuegos".
Y este no es el único reto que ha enfrentado el circo en los últimos años. El incremento de la conciencia por el trato justo a los animales ha ido en detrimento del circo tradicional.
Durante el intermedio de cada presentación de Ringling Bros. se proyecta un video en el que se destacan los cuidados que la compañía da a sus animales, que incluye perros rescatados de albergues y el Centro de Conservación de Elefantes de Ringling Bros. and Barnum & Bailey.
Ubicado en Florida, el centro fue diseñado para preservar y estudiar a los elefantes asiáticos. Cerca de una docena de estos animales han nacido ahí, aunque no todos se integran al circo, pues no todos tienen la personalidad necesaria.
Lacey explicó que la presencia de los felinos y otros animales en el circo es como la de cualquier ambiente laboral: su papel depende de sus aptitudes.
"Son como personas: cada quien es bueno para algo en particular. Si tienes un animal perezoso no puedes esperar que se mueva rápido, por eso es crucial entrenarlos en algo que les guste", refirió sobre los felinos salvajes con los que pasa unas 15 horas diarias. "Paso tanto tiempo con ellos que los conozco muy bien. Sé si tienen hambre, si están de buen o mal humor, porque algunas veces, como tú y yo, se levantan en las mañanas y no quieren trabajar".
Para la leona Princess, fue uno de esos días. Apenas el entrenador se acercó, la felina lanzó un rugido que le dejó saber al director que no estaba dispuesta a deleitar a la prensa.
"Mientras conozcas muy bien a los animales y no les pidas que hagan algo que no quieren hacer, es seguro", explicó el británico, quien durante el show incluso le da un beso al león Masai, descendiente de uno de los felinos que dio su imagen al estudio Metro-Goldwyn Mayer, que también se llamaba Masai y que fue entrenado por su padre.
¿Ha sufrido algún accidente?
"Aún no, todavía tengo todos mis dedos", contestó y agitó las manos.
Y pese a los obstáculos que enfrenta el espectáculo circense, los artistas que habitan sus carpas se mantienen positivos.
"A futuro, el circo puede también mejorar. No dejará de existir", dijo Esqueda.
Lacey coincidió, aunque atribuyó la supervivencia del circo tradicional a la magia casi innata de los latinoamericanos.
"Los artistas latinos pueden hacerlo todo, son buenos para todo", afirmó sin empacho. "Porque cuando estás en Europa, los buenos entrenadores felinos vienen de Inglaterra, los entrenadores de caballos, de Francia; los entrenadores de elefantes, de Alemania; los acróbatas, de Italia. Pero los latinoamericanos pueden hacerlo todo".
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