"Bienvenidos a Electric", anunciaba inmediatamente después una voz digitalizada que emergía de la juventud y la fuerza de uno de los grandes 'hits' de los británicos: 'One more chance' ('Actually', 1987), al que siguió otro tema de esos primeros y fulgurantes años: 'Opportunities', ('Please', 1986).
Un inicio que fue toda una declaración de principios y una honesta carta de presentación de 'Electric', su nuevo trabajo que saldrá a la venta el 15 de julio, el más dirigido a la pista de baile de toda su carrera y en el que recuperan la juventud y la frescura de sus inicios en los ochenta.
Los británicos han logrado hoy en Barcelona convencer y divertir a un público impaciente y sediento de 'hits' con un espectáculo que combina hábilmente la infalibilidad de sus éxitos más bailables con la energía de 'Electric' y, algo nada sencillo, los toques de melancolía y reflexión de su penúltimo trabajo 'Elysium' (2012).
La irreverencia de Tennant, voz y guitarra y Lowe, teclados, y sus enésimos cambios de vestuario estuvieron acompañados por la cadencia de dos bailarines de danza clásica que, ataviados con mallas, trajes o cabezas de animales, protagonizaron algunos de los momentos más épicos de la noche, como lo fue la desternillante coreografía de 'I Wouldn't Normally Do This Kind of Thing' ('Very', 1993), uno de los temas más aclamados y el punto donde el concierto se convirtió en una gran fiesta de no retorno.
El espectacular despliegue de medios y creatividad digital de la gira 'Electric' es coherente con la apabullante complejidad técnica del álbum que le da nombre ya que, aunque tremendamente influenciado por los ochenta, no podría haberse hecho nunca con los medios de entonces.
Con el concierto de hoy en Barcelona, y que repetirán el sábado como cabezas de cartel, Pet Shop Boys han vuelto a los escenarios españoles tras su aplaudida gira Pandemonium (2009-2010) y se han reconciliado con el Sónar, un festival donde aún quedaba el mal recuerdo de su decepcionante último concierto.
El dúo británico ha dado esta noche a su público lo que su público más le agradece: incesantes dosis de baile, diversión pura, y excentricidad desmedida, por eso el último cuarto del concierto, reservado para disparar un 'hit' detrás de otro fue el más disfrutado.
Éxitos irrenunciables como 'Always on my mind', su aclamada 'cover' del tema 'country' grabado en los setenta por Brenda Lee, o su primerísimo single 'West end girls' ('Please', 1986), con el que comenzaron a popularizar la música electrónica antes de su explosión de los noventa, sonaron renovadas y tan potentes como hace décadas.
Con sorpresas como el espectáculo digital en el que aparecían con unos nuevos cuerpos digitales o su particular 'cover' de el 'Last to die' de Bruce Springsteen, los británicos redondearon un espectáculo frenético que sólo dio una efímera tregua con la pausada 'Invisible' (Elysium, 2012).
El dúo británico, a punto de cumplir treinta años sobre los escenarios, ha reivindicado esta noche en Barcelona su título de reyes del tecno-pop, y ha logrado sonar moderno y contemporáneo, haciendo gala una vez más de la capacidad de adaptación a los tiempos que ha demostrado en una larga carrera que les ha llevado a vender más de 100 millones de discos. El sábado, más.
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