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lunes, 8 de julio de 2013

A mayor formación académica, menores problemas juveniles



*Una encuesta realizada a 5,837 alumnos de las unidades Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztapalapa y Xochimilco, ha permitido conocer cómo viven y perciben la violencia los estudiantes de la UAM 
*Sus prácticas sexuales son realizadas de forma menos descuidada y más consciente 
*Se espera incidir en la conformación de una instancia integral y estructurada en la UAM para dar atención a los casos de violencia

Una mayor formación académica incide en la disminución de problemas relativos a la salud reproductiva y emocional entre los jóvenes debido a que comienzan a tener relaciones sexuales a mayor edad y establecen relaciones de pareja más tardíamente, lo que retarda la formación de parejas y familia.
Esto implica que sus prácticas sexuales son realizadas de forma menos descuidada y más consciente, pues ponderan su desarrollo académico y personal, estableció la doctora Noemí Ehrenfeld Lenkiewicz, profesora-investigadora del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La investigadora de la Unidad Xochimilco explicó que para llevar a cabo un diagnóstico sobre este aspecto, realizó una encuesta entre 2009 y 2010 a 5,837 alumnos de cuatro unidades universitarias de la UAM: Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztapalapa y Xochimilco, para conocer cómo viven y perciben la violencia los alumnos de esta Universidad.
La especialista en salud sexual y reproductiva, así como en aspectos de género detalló que su interés partió de la necesidad de analizar uno de los aspectos más difíciles de referir: la violencia que se manifiesta de diversas formas y es vivenciada por los estudiantes.
Con la información estadística arrojada por los 5,837 cuestionarios, se espera incidir en la conformación de una instancia integral y estructurada para dar atención a los casos de violencia, ya que las instancias oficiales, dijo, no necesariamente actúan en tiempo y forma y muchas veces se victimiza a las personas violentadas.


Entre los resultados preliminares de la encuesta, la académica declaró que independientemente del tipo de violencia que se ejerce: sexual, de maltrato en la pareja, familiar, en el barrio, entre pares, siempre hay una perspectiva de género, pues son las mujeres quienes más perciben, sufren o viven situaciones de violencia, porque están más sujetas cultural y socialmente a violencias de distinto orden.
En torno a la vida sexual, Ehrenfeld Lenkiewicz advirtió que en el caso de los estudiantes de la Unidad Xochimilco, 33 por ciento de las jóvenes declaró que no ha iniciado su vida sexual. Por género se encontró que tres de cada diez mujeres no la habían iniciado y casi dos de cada diez varones no habían tenido relaciones sexuales. En este sentido, apuntó que este indicador relacionado con otros más, revela que la educación es una columna crítica en torno a la cual se articula la salud reproductiva y las prácticas sexuales.
Por otro lado, en relación con la violencia sexual en el entorno de la familia y su vínculo con experiencias de violencia (violación, abuso, abuso intraconyugal, coerción, seducción) señaló que se presenta en un nueve por ciento en las mujeres y cinco por ciento en los varones, lo que hace pensar que este espacio en ocasiones no es el mejor lugar para el cuidado de la integridad de los jóvenes como se esperaría.
La doctora en filosofía por el Institute of Education, University of London resaltó que 16 por ciento de las jóvenes declara haber experimentado abuso sexual. Las mujeres han experimentado violación en un periodo de un año en un 5.6 por ciento y los varones en 3.2 por ciento en el mismo periodo.
Estas situaciones que en muchos casos no se generan en la Universidad, sino que forman parte de las experiencias de vida de los estudiantes, impactan en su desarrollo académico porque este tipo de violencia interrumpe su proceso educativo, lo van alargando, sus trayectorias académicas en lugar de cuatro años son de siete y en ocasiones llegan a desertar.
Por ello se hace necesario diseñar y proponer un mecanismo de atención integral porque nos interesa el bienestar de los alumnos. Esta es una forma de responsabilizarse de la población estudiantil no sólo formando buenos profesionistas, sino seres humanos integrales, corresponsables, pues el tránsito por la UAM debe incidir en formarlos como personas y como ciudadanos, enfatizó.
UAM

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