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lunes, 12 de enero de 2015

Códices de México amplía su exhibición hasta el 1 de febrero

Calendárica No. I de Veytias
Visitada por 221 mil 979 personas, la muestra Códices de México, memorias y saberes extiende su periodo de exhibición hasta el 1 de febrero en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional de Antropología, en razón del gran interés que ha despertado.
Esta magnífica exposición reúne 44 manuscritos antiguos, seleccionados de la invaluable colección de códices que resguarda la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Códices de México, memorias y saberes fue concebida para celebrar los 50 años del Museo Nacional de Antropología y los 75 del INAH, presentando al público este acervo documental, memoria del desarrollo cultural, científico y artístico de los pueblos originarios de México.
Niños, jóvenes y adultos han recorrido con gran interés los módulos de exhibición donde se muestran estos antiguos libros pictográficos, que también han cautivado a especialistas de México y del extranjero, quienes incluso han viajado especialmente a nuestro país para apreciar las obras originales, entre ellos el historiador Robert Darnton, quien calificó la muestra como “una pieza brillante de museología”.
En su momento, el antropólogo Alfredo López Austin reconoció el trabajo técnico y el esfuerzo curatorial del INAH que la exposición ofrece, y destacó que es una oportunidad única “de ver los códices como no se pueden ver de otra manera”.

El arqueólogo Leonardo López Luján, dijo que con una exhibición de esta calidad y envergadura “el Instituto demuestra el nivel de madurez y solidez alcanzado por sus especialistas”.

Ejemplares como la Tira de la Peregrinación, el Códice Martín de la Cruz-Badiano, la Matrícula de Tributos, el Códice Colombino, el Códice Sigüenza, el Códice García Granados, dos libros del Chilam Balam, el Códice Coixtlahuaca, el Códice Huamantla, las Genealogías de Tlaxcala, el Códice Dehesa (de Oaxaca) y el Códice de Huejotzingo forman parte de este corpus documental que se exhibe bajo los más estrictos cánones de conservación.
Destaca el Códice Chimalpahin, documento fundacional de la nación, repatriado recientemente por el Estado mexicano a través del INAH, en un hecho histórico.

La obra, integrada por tres volúmenes, conjunta manuscritos del siglo XVII elaborados por dos de los historiadores de ascendencia indígena más representativos de la época virreinal: Domingo Chimalpahin y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl.
Los documentos fueron integrados en tres volúmenes por Carlos de Sigüenza y Góngora y son el inicio de la historiografía mexicana: fuente fundamental sobre la vida cotidiana, sociedad y política mexica, así como de la Nueva España del siglo XVI.

Aquí comienza la crónica y antigüedad de los mexicanos, son las primeras palabras de este manuscrito.

Asimismo, otro documento de primera importancia es el Códice Colombino, el único de origen prehispánico, que narra una parte de la vida del gobernante mixteco más sobresaliente del siglo XI, conocido como 8 Venado “Garra de Jaguar”, y la fundación del señorío de Tututepec.
Los códices representan sistemas complejos de creencias y saberes que abarcan todos los ámbitos de la vida: registros geográficos, históricos, económicos, calendáricos y simbólicos.

 Asimismo, contienen y preservan la sabiduría ancestral.

Su riqueza no se limita al pasado, pues aún hoy las comunidades recurren a ellos como fuente histórica, respaldo legal y símbolo de identidad.

INAH

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