"Si no hubiera libros 'injustamente recordados', ninguna historia de la literatura pasaría de un centenar de páginas, a los suplementos culturales de los periódicos les sobrarían la mitad de las páginas y la mayoría de los premios literarios quedarían desiertos", ha añadido.
"Lecturas buenas y malas" se promociona afirmando que su autor dice "incluso lo que nadie debería decir", algo que García Martín rechaza: "Esa frase del editor tiene un simple fin publicitario; jamás he dicho lo que no se debería decir, soy muy mirado en eso; alguna vez sí he dicho lo que nadie se atrevía a escribir, aunque muchos lo pensaran y lo comentaran en privado".
"Algo tengo del niño ingenuo del cuento de Andersen que señala con el dedo al rey, o a un afamado catedrático de Ética, y afirma que está desnudo", ha añadido.
Autor de la frase "Los malos poetas son los mejores humoristas involuntarios", ha asegurado que cuando los lee se ríe "y van directamente al cubo del reciclaje", y ha añadido que "también los buenos poetas hacen a veces el ridículo, y esa es una antología" que le gustaría hacer.
De Gabriela Mistral dice en su libro que su obra literaria más interesante es ella misma, y sobre si ha conocido más casos ha señalado: "Ahí está el caso paradigmático de Leopoldo María Panero; no es el único; Juan Gelman, sin su dolorosa peripecia humana, se queda en poco".
"Cuando pasa el tiempo, de la mayor parte de los escritores, sobre todo de los escritores menores, resulta más interesante su vida que su obra; por eso las autobiografías envejecen mejor que las novelas y las cartas escritas a vuela pluma mejor que la mayoría de los sonetos", considera.
Sobre si sus críticas tienen carácter hiriente ha contestado: "¿Tiene un cirujano un carácter hiriente? Si es así, yo también lo tengo".
Y sobre el valor del crítico ha señalado que "es valiente cuando dice lo que tiene que decir y no lo que conviene a la publicidad editorial o a su propia promoción como escritor; la sinceridad, por sí sola, vale bien poco en la crítica literaria; hace falta además saber de qué se habla, tener criterio, saber escribir".
De esto último ha añadido que "no es una obviedad: quienes tienen dificultades con la sintaxis y con la sindéresis sienten una rara predilección por la poesía o por la crítica".
Y a la pregunta de si Vargas Llosa no desmiente su aserto de que "Un perfecto caballero nunca podrá ser un gran escritor", ha contestado: "Aquí viene muy bien recordar aquello de que las excepciones confirman la regla".
No hay comentarios:
Publicar un comentario