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lunes, 10 de marzo de 2014

El vino pone a prueba a los expertos en protocolo

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¿Conocen los servicios de protocolo los usos y costumbres que rodean al  vino?
Los expertos se interesan por un producto imprescindible en los ceremoniales.

Los expertos destacan la importancia del “ protocolo del vino “, que se hace un hueco en los programas formativos, al tratarse de un alimento presente
en muchas de las recepciones, capaz incluso de facilitar y culminar acuerdos políticos o de negocios.
La directora de la , Diana Moreno del
Val, apunta que “es necesario saber gestionar el vino” dentro del protocolo, conocer pautas de servicio, control, adquisición, maridaje y tratamiento de
los invitados de honor. El vino -recuerda la directora, a su vez, experta en protocolo-, es una parte importante de todas las ceremonias y eventos importantes, tanto públicos como privados, desde los que organizan las
altas administraciones del Estado, las embajadas o gobiernos , pasando por los encuentros negocios o las presentaciones en sociedad de los nuevos
productos de las empresas.
Escuela Internacional de Protocolo Consciente de su relevancia, la Denominación de Origen Vinos de Uclés
colabora con la Escuela Internacional de Protocolo y organizan diferentes sesiones de formación del “protocolo del vino”.
Así, la, en los estudios del MBA de Protocolo y Organización de Eventos y en el Master de Protocolo, han incluido un apartado dedicado al
vino en el módulo de “Protocolo Social”, explica el Consejo Regulador.

El maridaje perfecto
Los expertos de protocolo necesitan conocer el mundo del vino para saber
dirigir a los camareros y los servicios de catering. Debe ser un vino con
una buena relación calidad-precio , acorde al evento y que encaje con la
mayoría del grupo y hay que saber “maridarlo” -palabra que viene del
francés “marriage”, matrimonio- con la gastronomía que se vaya a servir en el evento.

Errores frecuentes
Con frecuencia, los organizadores “se vuelven locos” buscando un menú adecuado pero no siempre se presta la adecuada atención a la elección del
vino, que encaje con el público y la comida. A veces se contrata un servicio de cátering, que no siempre tiene un buen conocimiento de protocolo y,
entre los errores, no siempre se hace “un guiño” al producto local y llega a servirse, por ejemplo, un vino elaborado en una comunidad autónoma
distinta al lugar de celebración del acto, lo que sin duda “hace quedar muy mal a los organizaciones.
Una situación relativamente frecuente en eventos institucionales, aclara Del Val. En actos de carácter estatal no importa tanto poner un vino u otro,
pero podría ser contraproducente servir un vino de Rioja en un acto oficial en Castilla-La Mancha o viceversa, argumenta.
Tampoco deja una buena imagen -prosigue- si los anfitriones y participantes de un acto no se mojan los labios, al menos, con el vino durante el brindis, aunque no les guste especialmente el vino.
No mojarse la boca con el vino es lo mismo que despreciar a alguien”, comenta.
Echa en falta mayor “ cultura del vino” entre los políticos y critica a aquellos que, en eventos oficiales en los que todos los medios gráficos los
observan, prefieran coger un refresco extranjero, con lo que “fulminan” la imagen de la dieta mediterránea en una país como España, gran exportador
de este producto.

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