Vestigio de un antiguo complejo industrial de Roma, el sitio de Mira Lanza se ha transformado en un proyecto artístico controvertido que ilustra las dificultades de la ciudad eterna en materia de renovación urbana.
Desde el verano pasado, una parte de lo que en otro tiempo fue la fábrica de jabones Mira Lanza, es un museo al aire libre que acoge las obras del artista urbano francés Seth, que vivió dos meses el año pasado en medio de la basura y de vigas metálicas calcinadas.El sitio, ahora ocupado por migrantes romaníes, sigue abandonado y tanto las pinturas como las instalaciones de Seth empiezan a deteriorarse.
Un niño pintado en una pared de ladrillo parece estar ahora suspendido en el vacío, porque la pila de libros que se había colocado delante de la pared para dar la impresión de ser el asiento del crío está esparcida por el barro.
Un poco más allá, una pintura en la que se ve una piscina vacía ha sido parcialmente borrada por la lluvia.
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