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viernes, 11 de abril de 2014

Apenas una temporada de golpes en el fútbol americano de secundaria podría alterar el cerebro

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Los jugadores no tenían conmociones cerebrales, pero aún así mostraron cambios en la materia blanca

Incluso entre los jugadores de fútbol americano de secundaria que nunca han sufrido una conmoción cerebral, un pequeño estudio preliminar sugiere que pueden ocurrir cambios en sus cerebros en el transcurso de una sola temporada.
En el estudio participaron 45 miembros de un equipo seleccionado de 2012. Los jugadores se sometieron a dos escáneres cerebrales, uno antes y otro después de la temporada, con un tipo especial de IRM.
Durante la temporada, cada jugador usó un casco con un acelerómetro. "Puede capturar las aceleraciones lineales y rotacionales, que entonces se pueden usar para averiguar qué fuerzas se han aplicado a la cabeza", explicó el autor del estudio, el Dr. Alexander Powers, profesor asistente de neurocirugía, pediatría y ortopedia del Centro Médico Bautista Wake Forest.
El sistema de telemetría utilizado en el estudio transmite datos en tiempo real a los investigadores en la línea de banda. "Durante la temporada, registramos todos los golpes. En todos los entrenamientos, en todos los partidos", apuntó Powers.

Materia blanca del cerebro
Ninguno de los jugadores sufrió una conmoción cerebral. Pero cuanto mayor fue el total de golpes en la cabeza que recibió un jugador, más cambios se midieron en la materia blanca de su cerebro, halló el estudio.
Es demasiado pronto para sacar conclusiones de un equipo de fútbol americano de secundaria de EE. UU. entre los más de 14,000 que compiten cada año. Y el estudio no muestra si los cambios cerebrales son temporales o permanentes, o cómo podrían afectar las vidas de los jugadores.
La materia blanca "es esencialmente la parte de conducción del cerebro", apuntó Powers. "El hecho de que tengamos esta anomalía en la materia blanca que se correlaciona tan bien con la cantidad de golpes que recibieron los chicos es sorprendente".
A nivel personal, dijo que el fútbol americano "enseña algunas magníficas lecciones", y dos de sus hijos, que ahora tienen 10 y 12 años, juegan fútbol americano infantil. "Pero tengo que ser franco", comentó Powers. "No permitiré que jueguen fútbol americano en secundaria".
Presentó los hallazgos el martes en la reunión anual de la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos (American Association of Neurological Surgeons), en San Francisco.

Un experto que no participó en el estudio describió la naturaleza "casi de gladiadores" del fútbol americano, y dijo que el estudio "plantea nuevas inquietudes".

"Creo que en la discusión actual sobre las conmociones y los deportistas jóvenes se dice que los niños sufren conmociones en el fútbol americano, pero también en otros deportes, como el fútbol y el hockey, etc.", apuntó el Dr. Lyle Micheli, director de medicina deportiva del Hospital Pediátrico de Boston y profesor clínico de cirugía ortopédica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
"Pero la diferencia es que este estudio plantea la preocupación en un deporte como el fútbol americano, donde gran parte de la táctica del juego es golpear con la cabeza", apuntó Micheli, y que "este deporte, por su naturaleza misma, aumenta las probabilidades de sufrir una lesión cerebral traumática".
Aunque Micheli añadió que "este es un estudio muy sólido científicamente", anotó que como presentación en una reunión, todavía no ha pasado por el proceso de revisión profesional para ser publicado en una revista médica. "Creo que es publicable [y] que será enviado a una revista y aceptado, estoy seguro", dijo.
"No muestra causalidad, pero muestra una asociación que es muy preocupante", señaló Micheli.

Hay formas de minimizar la amenaza para los jugadores jóvenes de fútbol americano, anotaron ambos expertos.

"Hallamos que la mayor parte de la exposición para la mayoría de los niños es durante el entrenamiento", apuntó Powers. "Lo fácil es limitar los entrenamientos, limitar los golpes en los entrenamientos, limitar las prácticas".
Felicitó al béisbol de Pequeñas Ligas por limitar los conteos de lanzamientos para prevenir las lesiones de hombro.
En el fútbol americano juvenil, dijo, "me gustaría ver algo similar respecto a los impactos en la cabeza, en que averigüemos el número de impactos al que se puede exponer alguien sin riesgo, y aquí utilizo el término 'sin riesgo' de forma generosa, porque para generar una conmoción solo se necesita un golpe".

Micheli dijo que la clave es el entrenamiento y el arbitraje, lo que incluye "un mejor cumplimiento de las reglas contra los golpes en la cabeza".

Por ejemplo, en el rugby, ante las jugadas peligrosas "se saca la tarjeta roja y el jugador sale del juego", apuntó Micheli. "Y el equipo juega con un [jugador] menos. Eso realmente funciona".
Para ampliar los hallazgos, Powers analizará un nuevo conjunto de datos de la temporada de 2013 del equipo de fútbol americano.
Los investigadores planifican observar si el cerebro es capaz de sanarse, o si pierde esa capacidad en algún momento.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Alexander Powers, M.D., assistant professor, neurosurgery, pediatrics and orthopedics, Wake Forest Baptist Medical Center, and Wake Forest University School of Medicine, Winston-Salem, N.C.; Lyle Micheli, M.D., director, division of sports medicine, Boston Children's Hospital, and clinical professor, orthopedic surgery, Harvard Medical School, Boston; April 8, 2014, presentation, American Association of Neurological Surgeons annual meeting, San Francisco

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